Las puertas se abren, gente sale, gente entra, las puertas se cierran. Yo no alcancé a entrar.
Otro tren llega, las puertas se abren, sale gente, entra gente, las puertas se cierran. Sigo en la estación.
Por tercera vez el tren llega, las puertas se abren y entro sin importarme si la gente ya no salió. Saldrán a la que sigue y tomarán el tren de vuelta. Así es la ciudad.
Doce estaciones pasan y llego a Copilco. Yo, una rara visión, de traje y con mi judogi en la espalda atado con mi cinta naranja. ¿Por qué me vestí así para ir a entrenar?, cállense y déjenme en paz.
Entonces te veo. O más bien, te veo viéndome. Bajo del vagón y sigues viéndome. Avanzas, volteas y me ves. Avanzo y te veo. Subes las escaleras y... creo que queda claro.
El metro queda atrás, estamos en la calle. Tu caminas 10 metros delante de mi. En ocasiones volteas, ¿Sigo ahí?, sí, sigo ahí.
¿Por qué no me hablas? ¿Por qué no te detienes, esperas a que yo te alcance y me dices "hola"? Probablemente estoy malinterpretando las cosas, ¿De verdad me voltea a ver a mi? A lo mejor cree que lo voy a asaltar, por eso mantiene su distancia. Va escuchando música, probablemente estoy malinterpretando las cosas.
Caminas por el centro de la calle (mala costumbre mexicana, lo se), yo camino del lado izquierdo, te quitas el audífono izquierdo; camino del lado derecho, te quitas el audífono derecho. Tengo que aprender a caminar en línea recta, mi hermano tiene razón.
A lo mejor se sorprende de ver que salí a la calle con un traje que no me cierra, bueno, que no debería cerrarme. ¿Es por eso que no puedo respirar? Desabotono el saco. Sigo sin poder respirar. ¿Serán los nervios? ¿Por qué sigue volteando a verme sin desacelerar el paso? Tal vez es mi color de piel, ¡La gente del DF es más blanca que en Tabasco!, debe ser el smog, a lo mejor cree que le quiero mover la panza por un peso. ¿Tanto se me nota lo costeño? ¡Pero si vengo bien vestido!, digo, doy el gatazo, ¿No?, O a lo mejor es que no doy el gatazo... ¿Es tan obvio que mi traje me costó 500 pesos en un puesto de la calle?, ¿O que mis zapatos se me mojaron en 2 inundaciones diferentes y aun así los sigo usando?, ¡Párate derecho, mete la panza, saca el pecho, camina como hombre! ¿Seré demasiado autoconsciente? Y de nuevo volteas a verme.
Empiezas a caminar más despacio y te estoy alcanzado. ¿Te saludo? ¿Y si te digo "hola" y suena como "jjjjjjjola"?, bueno, una pregunta más para romper el hielo.
Hola.
... Hola.
Y caminamos juntos hasta CU.
¿De qué hablamos? De nada y todo, ya sabes, trivia personal.
Tengo que irme, voy a entrenar.
¿Quieres que nos veamos de nuevo?
¡Ese es mi autobus, dame rápido tu número!
Es el...
¿Te busco en facebook?
¿Eh?
En facebook, ¿Te busco?... ¿Tienes facebook?
Sí, pero no lo uso
Oh... Bueno, ¡Nos vemos!
¡JMFD!
¿Qué?
Mi nombre en facebook es JMFD
Ok, ¡Bye!
¿Habré anotado bien su número? ¿Le marco? ¿Le mando un mensaje? Es demasiado pronto, no suenes desesperado, hazte el interesante y espera... 5 minutos después le mandé un mensaje.
Hola, ¿Me recuerdas?
Hola, claro. Pensé que habías anotado mal mi número, ya empezaba a preocuparme.
¿Te gustaría que nos vieramos de nuevo algún día?
Sí. ¿Y tú?
... Sí.
Y sí. Llegando a casa te busqué en Facebook.
Y tú entraste solo para hablar conmigo.
Año y medio después seguimos juntos, eso es que algo hice bien, ¿No?
El metro sigue escupiendo y enguyendo gente todos los días y nosotros dos somos parte del festín excepto cuando decidimos excluirnos del mundo y estar solo el uno para el otro.
Seguimos hablando de trivia, ahora mezclada con nuestro lenguaje propio y siempre con un pie en el presente, otro en el futuro y diarias escapadas al pasado; yo, más que nada, para contarte sobre mi hogar; y tú, sobre todo para recordarme lo guapo que me veía con mi traje ese día saliendo del metro.
Un Choco en el DF en Facebook
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