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viernes, 21 de septiembre de 2012

No tuve opción y fuí un zalamero




Para los que me lean fuera de Tabasco:

Los taxis que van a Villahermosa de los distintos municipios y comunidades son colectivos y el trayecto dura de entre 30 minutos a más de 2 horas. Para muchas personas es una pesadilla irse en el asiento central de la parte trasera y he visto verdaderas PELEAS por zafarse del mentado asiento.

Zalamero: Dícese del que escucha conversaciones ajenas.

Con esto en claro, vamos a la historia.


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   Era una hermosa tarde de viernes en Macuspana, Tabasco. Yo me dirigía a Villahermosa para repartir juguetes caros a los niños huérfanos así que me encaminé al servicio de taxis colectivos. Al llegar ya se encontraban ahí 2 de las 4 personas necesarias para que el vehículo partiera a su destino. Después de una breve espera llegó la persona faltante. Como es de esperar, el señor más gordo se fue adelante, que créanlo o no, casi nunca soy yo. Atrás se acomodó una señora y luego empezó a subir la siguiente, después de subir una pierna ágil y graciosamente, dudó por un segundo y me dijo: - Oh, hermoso y no tan gordo joven, ¿Podría usted subir en medio? -, al no ser este un problema para mi, accedí gentilmente, sin saber, ¡Oh, desgracia!, lo que me esperaba.

   En cuanto subimos al taxi y las puertas quedaron cerradas, saqué de mi mochila un libro para disponerme a leer; cuando encontré la página marcada, mi peor pesadilla ocurrió.

- ¡Hola, manita! - Dijo la señora que me cedió el lugar (a mi derecha), - ¿Cómo has estado? -. -Bien, gracias a Diós -, respondió la de mi izquierda. 

   La conversación continuó durante más de 45 minutos en los que fueron devoradas sin piedad todas las figuras públicas de la política macuspanense y varios vecinos y amigos de ambas. Yo traté, inútilmente, de retomar mi lectura, siendo imposible ya que ambas féminas contaban chismes a diestra y siniestra. Incluso traté de interponer mi libro entre ellas para bloquear el contacto visual pero no tuvo el efecto deseado ya que sus palabras, de algún modo, atravesaban la barrera que yo creaba. Pensé en rendirme y escuchar el chisme, ¡Pero era tan aburrido!, así que me encerré en mi pequeño mundo virtual e hice el siguiente comentario en facebook:

 
Pero, ¿Cómo les tomaría fotos sin que se dieran cuenta?, ¿Cómo recordaría todo lo que decían?, ¿A quién le importa realmente?

   Pero hice una promesa y no podía rendirme. Activé la cámara e hice lo que toda persona con celular debe saber hacer con él: ME HICE PENDEJO. Y justo en el momento indicado, ¡SNAP!

Hola, hermosa.

   La segunda fue más difícil de fotografiar, como un ave exótica flotando en un mar de sueños. Pero cuando se abstrajo en reflexión, mirando delicadamente por la ventana... ¡BOOM!

¡BOO YA!


   El chisme en sí transcurrió como cualquier chisme, sin ser de particular interés más que para los involucrados, aunque hay partes que sí deseo resaltar:


Intensidad del mascado de chicle


No tan fuerte como el campaneo de un camión de basura, pero sí más que el pedorrear de una moto.


Cosas y hechos acreditados a la voluntad de Diós:
  • Salud
  • Servicios hospitalarios
  • Sueldos
  • El buen estado de las carreteras
  • PEMEX

 Cosas y hechos acreditados a médicos, ingenieros, trabajadores, gobierno y ciudadanía:
  • Nop.

Principales choquismos intercambiados
  •  La mera verdá, manita
  • ¡Ay, poder!
  • ¡Poder de Cristo!
  • Apesta a shukio
  • ¡Ay, es una zalamera!
  • Meramente
  • Verdá de Dió
   En conclusión, damas y caballeros, creo que hemos aprendido 2 cosas aquí. 1) si vas a viajar y platicar con alguien, asegúrate de sentarte directamente a su lado y 2) si llega a haber alguien en medio, haz lo posible por que no sea yo.



ADIU!




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