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domingo, 4 de noviembre de 2012

RANKING Qué hacer (y qué no hacer) cuando comiste demasiado

A todos nos ha pasado. Te sientas a cenar, das el primer bocado y descubres que la comida es un manjar así que pides más y más y más hasta que ¡Oh, sorpresa!, te comiste todo el pavo y arruinaste otra vez la navidad.

Pero bueno, el pecado ya está hecho, ahora viene la penitencia. ¿Qué hacer cuando estás absolutamente lleno y sientes que nada más respirar es una tarea épica? Aquí algunos trucos sobre cómo bajar la comida y rápido!... ya sabes, para el recalentado.


8. Seguir comiendo. 
 ¡Hey!, si la gente se baja la cruda con más alcohol es porque el cuerpo definitivamente funciona de esa manera, ¿cierto? Como sea, llega un punto en el que físicamente ya no puedes comer porque tienes el tracto digestivo lleno hasta la traquea así que lo más sensato sería admitir la derrota... aunque por otro lado es una desgracia desperdiciar la comida, así que pon de excusa que evolucionaste de los hamsters y guardala en los cachetes.

Para el monchis.

7. Vomitar.  
¡Los romanos lo hacían! Sin embargo, no recomiendo esta a menos que sea ABSOLUTAMENTE tu última opción porque a) asco; y b) tendrás el peor cargo de conciencia de tu vida cuando descubras que desperdiciaste comida perfectamente buena y tienes hambre a las 2 horas... ME HAN CONTADO.

6. Desnudarte. 
Ok, aclaro. No es que me exciten los cuerpos gelatinosos y torpes y quiera un mundo lleno de eso (¿O sí?), así que primero busca el lugar apropiado y comienza a quitarte todo lo que estorba. ¿Cómo saber qué estorba? Si tiene botones, zipers o broches ¡Va pa' fuera!, Si tiene elástico puede seguir en donde está, si tiene velcro ya saldrá disparado solo.

¡Al suelo, está armada!

5. Toma un Alka seltzer.  
Tomando en cuenta que es un fluido y va a bajar directo al estómago eliminando todo el espacio ocupado por el aire, aunque por desgracia no de la forma más sutil o elegante... Por otro lado, si es una cena con amigos puedes entretenerlos con tu infinita capacidad para producir sonidos.


¡Pide un deseo y eructa las velas!

4. Caminar. 
Ya se, ya se, ¡Hueva total!, pero de verdad funciona. El problema con caminar es que si llegas al punto en que estás INCREIBLEMENTE LLENO, es muy difícil caminar porque te has vuelto 80% estómago y tus piernitas pueden sucumbir al peso de tu puerco. Así que empieza por poco. Levántate de la mesa y camina a la cocina, descansa, toma un refrigerio (te lo mereces) y camina de vuelta. Luego ponte como meta la tiendita de la esquina. Aunque si estás tan lleno que la simple idea de levantarte de la silla es impensable...

3. Mira gente haciendo ejercicio.  
Desde tu silla haz lo que puedas, que honestamente no será mucho, respirar y apenas. Así que pon en práctica el pensamiento positivo y di que algún día estarás igual de bueno que los que salen en la tele haciendo aerobics, mentalízate para tener el abdomen de lavadero del maestro de yoga; o si eres más cínico, imagínate siendo levantado por los participantes de strong man.

Que siendo justos, se ve que también le entran sabroso a la garnacha

2. Lee las entradas de UN CHOCO EN EL DF y ríe como puerco. 
Ponte la laptop sobre la panza, ¡qué más da!, el mundo se acaba en 2 meses.  Y después hazte fan en FACEBOOK y comparte con tus amigos.

1. Dormir. 
¿Hay algo más rico que dormir después de una buena comida? Aunque hay que recordar que esta no fue solo una buena comida, estás tan lleno que podrías ser el hermano bípedo de Jaba the Hut. Vas a tener que aprender a dormir como las mujeres embarazadas: sentado o de lado con mil almohadas... o con la panza metida en una llanta y el cuerpo colgando alrededor, exponiendo al mundo tu desagradable obesidad, eso te pasa por no invitar... perro.

Buenas noches, Solecito.

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